Una de las claves para que puedas alcanzar tu máximo rendimiento, estriba en que reflexiones y clarifiques:
Qué da sentido a tu vida, qué te hace feliz, cuáles son tus valores y cuál es tu misión personal y profesional.
Tener clara tu misión en la vida, tener claros tus valores personales y profesionales, te permitirá tener claridad en cuanto a cuál es tu verdadero norte, de modo que tu brújula interior te guíe en las decisiones que debas emprender en tu vida profesional y personal, para poder rendir al máximo en aquello que realmente te importa.
¿Por qué? ¿Para qué?
Uno sólo se levanta un lunes por la mañana deseoso de empezar el día, si se ha fijado unos sueños que alcanzar y si es capaz de reconocer su misión personal y sus valores en todo cuanto aborda. Fíjate un propósito en la vida que te ilusione, que te haga vibrar, sentir la pasión y excitación por vivir, por ser tu mejor tú, y aparecerá tu para qué. Descubre cómo vivir tus valores en todo cuanto hagas y comprobarás cómo tu entrega, y con ello, tu rendimiento, se desborda!
Sólo identificando la posibilidad de vivir tus valores en el trabajo podrás rendir al máximo. La apatía, la depresión, el aburrimiento, el desinterés, el abandono personal, la decadencia, son signos claros de que uno ha renunciado a ir en pos de sus sueños, de su propósito en la vida y ha renunciado a vivir conforme a sus valores.
Ve en pos de tu misión en la vida y vive cada día tus valores en todo cuanto hagas y verás como resurge en ti las ganas de comerte el mundo. Seguro que sí ha habido momentos en tu vida en que tenías claras las respuestas a estas preguntas; en que sí tenías claro cuáles eran tus objetivos en la vida, qué era lo que más deseabas, cuáles eran tus valores fundamentales que al actuar en coherencia con ellos, te permitían encontrarte a gusto contigo mismo y provocaban que, sin mayor esfuerzo, rindieras al máximo de tus posibilidades y dieras gustoso lo mejor de ti
Por desgracia, pocas veces nos paramos a pensar sobre todas estas cuestiones, por lo que no es de extrañar que, en muchos momentos, nuestra vida personal y profesional, -porque al final, se trata de la misma vida, nuestra vida, nuestra única vida-, vaya a la deriva, dirigida por la corriente. No es de extrañar pues, que si tu vida no tiene un rumbo claro, o un destino ilusionante, o sientes que no eres tú quien la gobiernas, o no reconoces en tu vida profesional o personal aquellos valores en los cuales tú reconoces la felicidad, te aborden momentos de desdicha, de apatía, de pérdida de ilusión, de pérdida de pasión, que inevitablemente, afectan a tu rendimiento.
La clave está, por tanto, en recuperar el sentido de tu vida, y actuar en todo cuanto hagas conforme a tu misión y tus valores.