Esta es la reflexión principal que me queda una vez terminado “El Capitán”: el curso de Liderazgo para altos ejecutivos y empresarios que imparto durante 4 días consecutivos .
No es ninguna conclusión nueva, -pero ello no quita que me reafirme una y otra vez, incluso para seguir trabajándola para mí-, que los grandes líderes, como los grandes negociadores, o los grandes deportistas, se lo creen.
Su forma de comportarse, y por tanto las acciones que entablan y cómo actúan en las situaciones críticas, es consecuencia de su autoimagen: se ven como personas con carisma, se creen grandes negociadores, o se creen que son los números uno, y actúan en consecuencia con confianza y desparpajo.
Lo bueno es que esa autoimagen que tienes de ti como líder se puede trabajar:
¿Cómo?
Pues en primer lugar, a través de tomar conciencia de las muchas situaciones en las que como líder has actuado como tal, a través de tomar conciencia de las notas que conforman tu marca personal, y a través de tomar conciencia de qué cualidades aprecian los demás en ti como líder, pues ello, nos hace replantearnos si efectivamente no tenemos madera de líder, cuando los demás sí reconocen atisbos de ella en tu forma de comportarte y actuar.
Y en segundo lugar, a través de prepararnos como líderes, tomando conciencia de cómo actúan los grandes líderes y desarrollando aquellas competencias y habilidades en las que consideramos que necesitamos mejorar, de modo que esta formación lleve a una trans-formación, porque ahora sí, nos veremos capaces.
¿Y tú, te lo crees? Sigue estas pautas y te lo creerás. El éxito le seguirá.