Después de ver en los 2 post anteriores la toma de conciencia y la toma de control, finalmente una vez has identificado las situaciones que tienden a alterarte emocionalmente y una vez se te encienda la voz de alarma al darte cuenta de que empiezas a experimentar los síntomas que te permiten identificar el comienzo de tu descontrol emocional, lo que habrás de hacer en este tercer paso, es aplicar una respuesta emocionalmente inteligente.
3. Respuesta mejor adaptada y más inteligente emocionalmente.
Esta respuesta de la cual no nos arrepintamos, sino todo lo contrario, con la cual nos encontremos satisfechos y además que debes haber previsto con anticipación: “cuando pase esto…, lo que voy a hacer es…”
En este sentido, tanto tu compostura, como el lenguaje que utilices, como en qué te centres, en qué te focalices mentalmente, son determinantes para que finalmente la respuesta que generes sea la adecuada y lejos de provocar una escalada del conflicto, suponga una respuesta proporcional y adecuada a la situación en beneficio de tus intereses.
Cuando acudimos a una negociación, lo hacemos para alcanzar algún acuerdo que nos beneficie, y si perdemos esa oportunidad por dejarnos llevar por la provocación, porque no tenemos mecanismos para responder de forma emocionalmente inteligente, entonces quien manda en la negociación es el otro; nos han llevado donde nosotros no queríamos ir; no hemos sido buenos negociadores.
CAMBIA TU ESTADO EMOCIONAL, CAMBIANDO
Cambia tu fisiología, esto es, echa los hombros atrás, dibuja una sonrisa en la boca, pide un receso, bebe un poco de agua, haz unos ejercicios de respiración. Son herramientas que están a tu alcance en cualquier momento y que te permitirán alterar en fracciones de segundo incluso tu propia bioquímica, modificando tu estado emocional, manteniéndote en control de modo que puedas reaccionar de forma adecuada. Son además, estrategias que puedes tener previstas para el caso que ocurra aquello que sabes te tiende a desestabilizar.
Decirte mensajes positivos y de refuerzo, en vez de repetir expresiones de queja, igualmente modificarán tu estado emocional.
Y por último, cambia tu foco, pregúntate por qué la otra parte actúa como actúa, céntrate en lo que tiene de positivo una determinada situación y verás cómo ello provocará un cambio casi instantáneo de tu estado emocional que en consecuencia, te permitirá responder de forma emocionalmente inteligente.
En resumen, en tu próxima negociación:
1. Toma conciencia de qué te pone nervioso, identifica y autoconócete para saber qué te puede desequilibrar.
2. Date cuenta de cuándo te estás alterando para tomar el control y poder frenar tu reacción airada.
3. Cambia intencionadamente, tal y como tenías previsto, tu compostura, tu lenguaje o en qué te estás focalizando para poder reaccionar de una forma emocionalmente inteligente.
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