5. Toma de acción.

Nuestra situación actual es consecuencia de las decisiones y las acciones tomadas en el pasado, de igual modo que nuestro futuro será consecuencia inevitable de las decisiones y las acciones que adoptes a partir de hoy. Sólo podrás alcanzar ese destino de éxito personal y profesional si emprendes el camino que te lleve a él.

La última parte del un proceso de coaching consistirá, pues, a partir de todo el trabajo previo anterior, en ayudarte a que diseñes el plan que te permita alcanzar tu objetivo. Acompañarte en tu descubrimiento de qué tienes que hacer para conseguir ser tu mejor tú. Acompañarte a que tomes conciencia y apliques en tu vida los principios que, como personas, nos permiten rendir al máximo de nuestras posibilidades.

Hay que pensar en grande, pero actuar en pequeño, y es que son los pequeños detalles, las decisiones aparentemente sin importancia relativas a cómo aplicamos los principios universales que permiten nuestro máximo rendimiento a nivel personal y profesional, las que día a día van forjando tu carácter y con ello a dónde puedes llegar, las que te van a permitir hacer cosas grandes. Como un timón que en un momento vira unos pocos grados imperceptibles y que hace que al final de la travesía esos pocos grados marquen una enorme diferencia, tus acciones diarias, el seguimiento de las rutinas que tú te has creado para que todas tus acciones personales y profesionales se encuentren alineados con tus valores y tu misión personal y profesional, es lo que finalmente te permitirá alcanzar tu objetivo y estar satisfecho contigo mismo y con tu rendimiento profesional.

Y en este camino de superación personal que te permita rendir al máximo y ser tu mejor tu, en todo aquello que para ti sea importante, debes aprender a aprovechar la inercia de los hábitos, tal y como hacen los deportistas más sobresalientes. Para que puedas llegar a rendir al máximo de tu potencial en todo aquello en que identifiques tu misión personal y profesional, el proceso de coaching te ayudará a que te crees rutinas que tiren de ti, incluso sin darte cuenta, en pos de tu misión, y de tus objetivos; pues es en los momentos de debilidad, cuando tus hábitos te permitirán, inconscientemente, actuar en congruencia con tu misión personal, permitiendo, así, que tu rendimiento sea el que tú deseas. Piensa, si no, en aquella persona que tiene establecidas unas rutinas de entrenamiento, cómo esos hábitos le ayudan a acudir al gimnasio incluso en aquellos días en que siente la tentación de no ir, por agotamiento, exceso de trabajo, o simplemente por pereza. Sus hábitos le ayudan a mantenerse en forma para así cumplir su misión personal y profesional, siendo su mejor yo en todo momento.

¿Qué rutinas te interesaría instaurar de modo que tiren de ti, inconscientemente, para que tu actuar esté siempre en congruencia con tu misión y te acerque a tu objetivo, en vez de apartarte de él?

La última parte del proceso de coaching te ayudará a que establezcas ese plan de acción que finalmente te ayudará a rendir al máximo y encontrarte mucho mejor y más feliz; el objetivo que te llevó a iniciar el proceso de coaching.